Hay una Fuerza más fuerte, más poderosa, penetrante, esencial, que la Fuerza de los Jedi, que la Fuerza del universo narrativo de Star Wars.
Es la fuerza sin fuerza.
La Fuerza del universo narrativo de Star Wars es una especie de instinto, de consciencia, que otorga a los elegidos ciertos dones o poderes. Es un campo de energía, de poder, nos dicen en las películas de la saga. La Fuerza es metafísica y omnipresente. La Fuerza es creada por los seres vivos, les rodea, les une.
La Fuerza del mundo Jedi puede ser alterada, perturbada. Para desarrollarla y usarla se requiere voluntad, disciplina, concentración, mucha energía, y si no lo creen tomen clases con Yoda. La Fuerza tiene dos lados, y uno de ellos es un lado oscuro. La Fuerza Jedi es dualista.
La Fuerza que combate la Estrella de la Muerte es elitista. En algunos, aquellos más sensibles, la Fuerza es más sólida, más grande, más desarrollada. En otros esa Fuerza es casi inexistente. Dentro del universo de Star Wars, la Fuerza es un privilegio genético. La Fuerza Jedi es fascista.
En cambio, la fuerza sin fuerza de la que hablo no requiere del uso de ninguna energía o poder. Esto es, no requiere esfuerzo. Tampoco es más grande o desarrollada en unas personas que en otras. No es un campo de energía porque no tiene territorio. No requiere complicados caminos a recorrer o de cierta disciplina militar para aprenderla porque de hecho no es algo que se aprende.
La fuerza de la que hablo es la fuerza sin fuerza, la fuerza que ya existe, que está aquí, que todos tenemos. Una fuerza que no hace esfuerzo no puede ser alterada o perturbada.
Lejos de ser metafísica, es una realidad concreta y experimentable. Es una fuerza que está aquí, que ya la tienes, que te precede, está mucho antes de que siquiera pensaras en ella, la fuerza de la que hablo no será, ya es. Aquí y ahora.
Esta fuerza no requiere nada. Eso sí, puede ser reconocida, conocida, vista, presentada. Lo que esta fuerza brinda es algo mucho más allá de lo que puede pasar en cualquier universo en guerra o cualquier estrella de la muerte.
Esta fuerza no está en un universo en guerra, es parte de la paz del universo. Quien la encuentra, lo que menos piensa es salir a pelear, en hacerse una espada láser o luchar contra el mal.
Esta fuerza sin fuerza no pelea, no da batalla, o cambia el mundo sin esfuerzo. Y mientras más se le conoce es más fácil de ser reconocida, mientras más se presenta es más fácil que se le haga presente a más personas. Su fuerza está simplemente en ser. Y esta fuerza puede cambiar, aún cuando no es su misión o su objetivo. Y no cambia el universo, no se cambia a sí misma. Es nuestra conciencia la que cambia al reconocerla, al saberla, saboreárla y aceptarla.
Mis queridos Jedi, les invito a pasarse al único lado de la fuerza sin fuerza posible. Aquí no hay lados, ni oscuro ni claro. No hay dicotomías, no hay izquierda y derecha. La fuerza sin fuerza es una única y sola fuerza sin fuerza.
Hay una fuerza en el respirar, oler, mirar, sentir, escuchar, gustar, y vivir. Y sin embargo no es necesario esforzarse para que eso pase. Solo hay que reconocerlo y disfrutarlo. Esa es la fuerza sin fuerza.
Mis amigos Jedi, el tiempo se agota. Hagan de este tiempo un ahora, de este presente una realidad. La fuerza sin fuerza no estará con ustedes. Ya lo está.
Adolfo Ramírez Corona (adolforismos.com)