Cómo explicarnos que hace no mucho tiempo había momentos durante el día en que no había nada que hacer. Absolutamente nada. Esos que llamábamos tiempos muertos. Recordemos, muchas veces esos momentos nos sucedían esperando en la cola del banco, o en una esquina, en el cruce de una calle, mientras llegaba nuestra cita, en el consultorio, esperando turno, o simplemente durante el viaje en transporte público.
Tiempos muertos, tiempos vivos
Tiempos muertos, tiempos vivos
Tiempos muertos, tiempos vivos
Cómo explicarnos que hace no mucho tiempo había momentos durante el día en que no había nada que hacer. Absolutamente nada. Esos que llamábamos tiempos muertos. Recordemos, muchas veces esos momentos nos sucedían esperando en la cola del banco, o en una esquina, en el cruce de una calle, mientras llegaba nuestra cita, en el consultorio, esperando turno, o simplemente durante el viaje en transporte público.